CAÍDA DE DESECHOS METÁLICOS DEL TAMAÑO DE AUTOBÚS CONCENTRARON ATENCIÓN MUNDIAL.
Miles de personas vieron el paso de restos del satélite UARS de la NASA
Son la basura cósmica más grande que ha caído en la tierra de manera descontrolada, desde el Skylab en 1979.
El Satélite de Investigación de la Alta Atmósfera (UARS), que tiene el tamaño de un autobús y pesa más de 5,5 toneladas debía caer en la Tierra entre las 03:00 y las 07:00 horas GMT de este sábado, según el último cálculo de la NASA, y al cierre de la edición, no se pudo precisar el punto de impacto de la basura cósmica, dada de baja en el 2005. No obstante anoche miles de personas en el mundo, reportaron haber avistado el brillo de la “lluvia de desechos metálicos, antes de su caída, especialmente en el Caribe.
La agencia espacial estadounidense (NASA) prevía antes de la caída el paso de los restos del satélite sobre “Canadá, África y Australia, así como sobre vastas áreas de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico". La caída estaba prevista en principio para ayer a la tarde, pero luego la NASA anunció el retraso. Los científicos calculaban que el satélite se iría a despedazar al entrar en la atmósfera y que al menos 26 grandes piezas del artefacto soportarían las altas temperaturas del reingresar a nuestro planeta.
La probabilidad de que alguno de los restos del UARS -que pesa 5.675 kilogramos- haya alcanzado a una persona era remota, según la NASA.
La agencia aseguró que desde el comienzo de la era espacial no confirmó ningún caso en el que haya resultado herida alguna persona por un objeto espacial durante la maniobra de reingreso.
La Sociedad de Astronomía del Caribe informó que el satélite fue visto anoche por miles de personas, a simple vista, en Puerto Rico antes de la caída. El difunto satélite pasó anoche a unas 108 millas de altura sobre la Isla.
EN SUDAMÉRICA
En Sudamérica, también fue avistado, específicamente en Tucumán.
Los chilenos se pasaron mirando el cielo toda la noche pues las últimas informaciones de la empresa The Aerospace Corporation, la compañía privada que seguía el recorrido del satélite UARS, había indicado que había una gran probabilidad de que el artefacto de la NASA se estrelle cerca de las costas del Pacífico, pero con el correr de las horas, se descartó dicha posibilidad.
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